Perdonar mi ausencia de casi un mes, pero he estado hasta arriba de cosas. Con exámenes trabajos de clase y con un proyecto literario que me gustaría tener terminado para finales de 2013, para que lo podáis leer y tengáis otro escritor mas que os guste mucho o poco, que eso no es lo mas importante si no que disfrutéis de una verdadera lectura y eso es lo que voy a intentar a partir de ahora hasta finales del año que viene. Os iré informando del progreso del proyecto de vez en cuando, también reseñare una gran cantidad de libros durante este próximo año que estamos a punto de entrar.
Y ahora sin mas demora os dejo con un relato que sera parte del proyecto y que me gustaría que dierais vuestra opinión, si os gusta o no, que mejorarías de el etc...
El
amor
No
sabía de su verdadero significado hasta hace cuatro años. Cuando
descubrí ese sentimiento hacia una chica que era algo mas joven que
yo. Tenía tres años menos que yo pero no es un impedimento para
tener una relación, ya que se dice “en el amor la edad no
importa” claro que no, porque lo que hace que surja ese
sentimiento entre dos personas es el propio amor que alberga en el
corazón. Ella a pesar de la edad demostraba una gran madurez. Yo en
cambio manifestaba todo lo contrario una inmadurez no habitual en mi
edad de 16 años, cosa que a las chicas no les gusta de un chico y
por ese y más motivos de mi físico nunca había tenido suerte en el
campo del amor. Hasta el mismo día que la conocí, nada mas verla mi
corazón se acelero y supe que era lo que esperaba desde hace mucho
tiempo “mi primer amor” en
ese momento me aferre a la idea de llegar a tener algo con ella, pero
lo tenia muy complicado. Porque pensaba “quien se va a
fijar en mi” los días de
verano fueron pasando sin hablar casi con ella, lo que hacíamos era
solo jugar y jugar como críos.
Llego
el día en el que se iba a su ciudad ya que no vivía en el mismo
lugar que yo. No había sabido aprovechar bien los días, pero me
tranquilizaba la idea de que no seria la única oportunidad que
tendría, porque volvería en más de una ocasión. La próxima vez
sería dentro de unos meses al cubrir a la ciudad de luces y adornos
navideños, la época en la que muchos estaban muy unidos en familia
y otros pocos aunque tuvieran a su familia se sentían demasiados
solos. Faltaba menos de una semana para que la volviera a ver de
nuevo, la chica que me robo el corazón desde el primer día, en esa
semana me arme del suficiente valor como para derrotar a un ejercito
entero de soldados. El tiempo paso con rapidez hasta el día de noche
vieja. La esperaba con impaciencia, como cuando un niño en noche
buena se impacienta porque llegue el día siguiente en el que abrirá
los regalos, pues yo tenia esa misma impaciencia alegre.
Quede
con ella el día después a la noche vieja, las cosas cambiaron ya no
jugábamos como meses anteriores si no que caminábamos por la ciudad
mientras hablábamos de miles de temas cada unos mas interesante que
el otro, los demás días no cambiaron mucho. Había planeado
manifestarle mis sentimientos hacía ella un día antes de su marcha.
Estábamos en otro lugar distinto al de resto de días, ella se
extraño el cambio tan repentino de pasear al de estar en precioso
jardín de, todo iba bien casi me había declarado y sabia que ella
se olía algo de lo que estaba a punto de pasar, nuestras caras
estaban muy cerca la una de la otra, la suya se iba acercando hacia
la mía, ya había cerrado los ojos la tenia encima mía en unos
segundos nuestros labios estarían rozándose y intercambiando
sentimientos pero no pude con tanta presión que me aparte.
Nos
miramos durante unos instantes que se hicieron eternos y nos fuimos.
De camino a casa no paraba de maldecirme mil y una veces lo estúpido
que había sido al desaprovechar una ocasión tan buena que nunca se
volvería a repetir ya que a la próxima vez tendré que crear yo el
momento aun arriesgándome que ya no quiera nada conmigo y me odiara
toda mi existencia.
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