¡Hola! Me llamo Hermy, y soy la nueva colaboradora del blog. Woat me lo pidió y me dije "Sí, por qué no?". Yo llevo también otro blog en internet junto a otra amiga, Libros sin Fin, pero creo que podré ir bien con los dos. En fin, traigo mi primera reseña en este blog. El libro es El último catón, de Matilde Asensi.
Autora: Matilde Asensi
Editorial: Debolsillo
Precio: 6,95€
A Ottavia Salina, una paleógrafa que trabaja en el archivo secreto del Vaticano, le encargan descifrar las extrañas escarificaciones del cadáver de un etíope. Cuando termina su trabajo la incluyen en el equipo de investigación junto al capitán Glauser-Röist y el profesor Farag Boswell y le cuentan toda la verdad sobre esa misión. Al parecer en las últimas semanas los Ligna Crucis (trozos de la cruz en la que fue crucificado Jesús) han empezado a desaparecer de las iglesias en las que se encuentran los diversos trozos de la Vera Cruz, y gracias a unos pergaminos que había en la iglesia de Santa Catalina del Sinaí descubren que detrás de esto pueden estar los staurofílakes, que son los protectores de la Vera Cruz, y para saber quien es el actual Catón (jefe del grupo) tienen que pasar varias pruebas, que se inventaron cuando dentro del grupo hubo una traición y un staurofílax reveló el lugar donde se encontraba la reliquia.
No es de la línea de libros que yo acostumbro a leer, pero vi a mi hermano con él (se le veía satisfecho), y conseguí que me lo dejara (hasta nueva orden está en mi estantería). Nunca antes había leído novela histórica, y cuando lo empecé creí que podría ser un poco aburrida y que podría perderme entre tanto dato. Absolutamente NO. Tiene un estilo bastante fluido y agradable, con frases de nuestra época y lenguaje actual que, además, hace que la narración en primera persona y en pasado se haga más amena. En las primeras páginas, cuando la hermana Ottavia Salina empieza a nombrar cardenales, monseñores y todo tipo de cargos eclesiásticos con nombres raritos, es verdad que personas como yo (es decir, con memoria de pez) nos podemos hacer un lío de padre y muy señor mío, pero si tenemos al lado un papelito y lo vamos apuntando, no es para tanto. Las primeras descripciones sobre el capitán Glauser-Röist tienen bastante gracia, puesto que nuestra hermanita siciliana le da apodos como, por ejemplo, "la Roca" por esa expresión tan fría que tiene (pase lo que pase). Pero lo primero es lo primero: hay que explicar quiénes son la hermana Ottavia y el capitán Glauser-Röist. Ottavia Salina es una religiosa de la Orden de La Venturosa Virgen María procedente de una rica familia siciliana, los Salina, y residente en Roma. Además de ser monja, también es una afamada Doctora en Paleografía e Historia del Arte que trabaja como directora del Archivo Secreto y Biblioteca del Vaticano, unos cuantos metros bajo tierra. Sin tan siquiera esperárselo, su vida se convertirá en un auténtico lío. Conocerá a un capitán de la Guardia Suiza al servicio del Vaticano, que será uno de sus acompañantes en las próximas aventuras, decidirá por su cuenta hasta dónde está dispuesta a llegar por vencer a su curiosidad o viajará en avión más veces de las que ella tiene previstas. Ese Capitán no es otro que Kaspar Glauser-Röist, más conocido como "la Roca"; un tipo alto, con el pelo muy rubio y casi inexistente, de unos treinta y nueva o cuarenta años y un poco temerario a la hora de conducir. Habiendo estudiado Ingeniería Agrícola en Suiza, no se dedica precisamente a analizar los distintos tipos de terreno por los que pisa, sino a proteger al Vaticano de cualquier tipo de escándalo. Una vez conocidos los principales personajes iniciales, pasamos a ver la trama.
A la hermana Ottavia y al Capitán se les asigna una tarea que dista mucho de ser lo normal en su trabajo. Deben averiguar el significado de las escarificaciones encontradas en el cuerpo de un joven etíope que, según los más altos cargos de la Iglesia, ha pecado fuertemente contra ésta. Si dijéramos que las marcas son comunes, no habría ningún misterio, pero resulta de que se trata de siete cruces completamente distintas y siete letras del alfabeto griego. Los datos son pocos y el misterio prevalece sobre esta investigación tan sumamente extraña. A partir de aquí iremos conociendo las maravillosas aventuras que les deparan tanto a la hermana Salina y al Capitán como al profesor Boswell, un investigador del Museo Grecorromano de Alejandría y de origen Copto-Egipcio que irrumpirá en la vida de Ottavia como un ciclón de sentimientos y dudas nuevas para ella.
Mientras que leemos esta maravillosa y amena novela, vamos viendo una nueva forma de analizar la Divina Comedia, de Dante Alighieri, y concretamente, los cantos de su segunda parte, Purgatorio. A veces, comprender estos cantos no es nada sencillo y nos podemos quedar con un palmo de narices, pero con las posteriores reflexiones de los protagonistas hacen más sencilla su comprensión. Vemos también como, poco a poco, se va agudizando el ingenio de nuestros personajes, puestos que son capaces de demostrar una agudeza mental absolutamente impresionante (si me hubiera pasado a mí, ni siquiera se me hubiera ocurrido pensar en la Divina Comedia). Saben introducirse en el pensamiento de los que, según ellos, son una panda de chiflados y ladrones con orígenes muy antiguos y que en lo único que piensan es en adorar a una cruz que ni siquiera es seguro que sea la Vera Cruz, es decir, la Cruz de Cristo encontrada por Santa Helena. Correrán peligros de todo tipo, pero no sólo físicamente, sino sentimentalmente también.
POSIBLES SPÓILERS: SI NO HAS LEÍDO EL LIBRO, ES MEJOR QUE PARES AQUÍ.
Personalmente, me encanta la forma en la que Ottavia se replantea su vocación religiosa y el hecho de colgar los hábitos por haber encontrado al que cree, el amor de su vida, Farag Boswell. Esas luchas internas por mantenerse firme, la forma en la que encierra sus sentimientos bajo llave para permanecer fiel a Dios y a su condición demuestran que, el que quiere, puede. A lo largo del libro podemos comprobar la favorable evolución que experimentan los personajes y las duras pruebas a las que son sometidas, pasadas con el suficiente ingenio y agudeza mental, aunque algunas en el último momento.
Mi nota en la escala de 10 sería...9
A la hermana Ottavia y al Capitán se les asigna una tarea que dista mucho de ser lo normal en su trabajo. Deben averiguar el significado de las escarificaciones encontradas en el cuerpo de un joven etíope que, según los más altos cargos de la Iglesia, ha pecado fuertemente contra ésta. Si dijéramos que las marcas son comunes, no habría ningún misterio, pero resulta de que se trata de siete cruces completamente distintas y siete letras del alfabeto griego. Los datos son pocos y el misterio prevalece sobre esta investigación tan sumamente extraña. A partir de aquí iremos conociendo las maravillosas aventuras que les deparan tanto a la hermana Salina y al Capitán como al profesor Boswell, un investigador del Museo Grecorromano de Alejandría y de origen Copto-Egipcio que irrumpirá en la vida de Ottavia como un ciclón de sentimientos y dudas nuevas para ella.
Mientras que leemos esta maravillosa y amena novela, vamos viendo una nueva forma de analizar la Divina Comedia, de Dante Alighieri, y concretamente, los cantos de su segunda parte, Purgatorio. A veces, comprender estos cantos no es nada sencillo y nos podemos quedar con un palmo de narices, pero con las posteriores reflexiones de los protagonistas hacen más sencilla su comprensión. Vemos también como, poco a poco, se va agudizando el ingenio de nuestros personajes, puestos que son capaces de demostrar una agudeza mental absolutamente impresionante (si me hubiera pasado a mí, ni siquiera se me hubiera ocurrido pensar en la Divina Comedia). Saben introducirse en el pensamiento de los que, según ellos, son una panda de chiflados y ladrones con orígenes muy antiguos y que en lo único que piensan es en adorar a una cruz que ni siquiera es seguro que sea la Vera Cruz, es decir, la Cruz de Cristo encontrada por Santa Helena. Correrán peligros de todo tipo, pero no sólo físicamente, sino sentimentalmente también.
POSIBLES SPÓILERS: SI NO HAS LEÍDO EL LIBRO, ES MEJOR QUE PARES AQUÍ.
Personalmente, me encanta la forma en la que Ottavia se replantea su vocación religiosa y el hecho de colgar los hábitos por haber encontrado al que cree, el amor de su vida, Farag Boswell. Esas luchas internas por mantenerse firme, la forma en la que encierra sus sentimientos bajo llave para permanecer fiel a Dios y a su condición demuestran que, el que quiere, puede. A lo largo del libro podemos comprobar la favorable evolución que experimentan los personajes y las duras pruebas a las que son sometidas, pasadas con el suficiente ingenio y agudeza mental, aunque algunas en el último momento.
Mi nota en la escala de 10 sería...9
A mi también me encantó este libro!!
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